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Cómo superar las crisis de pánico efectivamente y sentirse bien de nuevo. (Parte 2)


En primer lugar el Hipotálamo, una pequeña sección del cerebro, interpreta la información que le llega a través de uno de los cinco sentidos: la vista, el olfato, el sabor, el oído y el tacto, también le pone en alerta ciertas sensaciones corporales.

Y ojo, también lo puede activar nuestra propia imaginación. Podemos activar el mecanismo con un miedo imaginario y el Hipotálamo hace su trabajo igualmente, envía la señal de "peligro" a la siguiente parte del cerebro, a la Amígdala.

No confundamos la amígdala con la que tenemos en la garganta, esta otra amígdala la tenemos en el centro del cerebro y es una gran dramaturga.

La amígdala es del tamaño de un grano de maní, es muy primitiva y simplista, está en el cerebro emocional y es la que controla nuestra respuesta fisiológica en el cerebro a las amenazas, o sea nuestra reacción física a lo que vemos, pensamos o hasta “imaginamos”.

Es que esta parte del cerebro es tan primitiva, que OJO…no entiende de bromas, hace muy bien su trabajo de ayudarnos a sobrevivir en este planeta.

Te puede resultar de inmensa ayuda que alguien se sienta a tu lado a conversar para distraerte o que te ayude a respirar más lento y a veces simplemente haciéndote entender que se trata de una simple crisis de ansiedad te ayudará a relajarte, como diciendo “tranquilo”, “estas bien”, “va a pasar”, “exhala más lento”, ya que estas hiperventilando, o sea respirando oxigeno demás.

Para mí ha sido de inmensa ayuda enfocarme en otra cosa durante la hiperventilación. Camino lentamente para aliviar la tensión de las piernas y así traigo mi respiración a la normalidad. Luego trato de estimular cualquiera de mis sentidos como oliendo un perfume agradable, mirando en la distancia un paisaje, o degustando un sabor que me agrade (porque la boca se seca).

Así desactivo mi amígdala y re-activo mis sentidos. A veces me toma algunos minutos y repeticiones, pero siempre funciona.

Pero también ocurre a la inversa. Los sentidos cuando los estimulas, también pueden desactivar a la amígdala.


¿Sabías que el sentido del olfato es el que llega y calma la amígdala con más rapidez?

La amígdala del cerebro cuando se alerta, distorsiona las percepciones de nuestros sentidos, todo se vuelve aterrador.


Luego de una crisis de pánico lo peor que puedes hacer es sentarte a pensar en ello y a analizarlo, porque aunque ya no te dará otras crisis, continuarás tenso y angustiándote innecesariamente.

La crisis de pánico en sí es corta, pero la angustia puede ser más larga, esa autoaflicción a la cual nos sometemos ante el temor de tener otra crisis, a eso se lo llama "Miedo al Miedo", que lo explico en la Parte VII.

Si tienes una crisis, simplemente continúa con lo que estabas haciendo, sin juzgarlo ni evaluarlo, solo continúa con tu tarea y concéntrate como si lo estuvieras haciendo por primera vez, prestando atención a cada detalle.

Recuerda el pánico es un proceso natural de tu cuerpo para “combatir o huir” de un peligro real e imaginario.

Una vez más te digo, debes darte cuenta qué pensamiento o qué temor rondaba en tu mente antes de producirse el ataque, porque un ataque de pánico (auto-ataque o ataque auto-infligido) no se origina de la nada.

En el post llamado “Cómo superar los ataques de pánico efectivamente y sentirse bien de nuevo. (Parte 3)”, donde te sigo explicando en más detalle.

Sobre la Autora: Doraliz Aranda es una Consejera Psicológica calificada, escribe desde Derby Inglaterra. Este es un extracto de su audiolibro “La Llave para salir de tu prisión mental de estrés, ansiedad o depresión" (escrito desde la perspectiva de una paciente recuperada)", para ayudarte a gestionar mejor tu salud mental en momentos de crisis e incertidumbre.

El audiolibro lo encuentras sólo en Audible.com

Doraliz también ofrece terapia presencial y online, visita www.doralizaranda.com





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