
Cuando el final se presenta.
Viví muchos años felices en mi matrimonio, y es más, algunos de esos años sobreviví gracias al cuidado de mi marido. Los dos últimos años de la relación no pude negar que algo no andaba bien. Luego de mi pedido de divorcio, descubrí una situación que no fue de mi agrado, pero yo también metí la pata durante la relación. La pasión nos encandila, nos enceguece, y apaga la razón. Eso le ocurre tanto a maridos como a esposas, aunque las esposas salimos más a menudo victoriosas en