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Lo que significa ser hombre


Yo aprendí a construir mis ideas sobre masculinidad con películas del Oeste de John Wayne. Esas películas llenas de hombres con mirada puntiaguda y firme, sudados, que caminaban con botas, manejaban la pistola con agilidad y no sentían remordimiento al matar.


He tenido que rever mis ideas sobre masculinidad, mi construcción mental, sobre todo al trabajar con hombres en su salud emocional.


Es interesante rever el código masculino que portamos, esa idea que tenemos de lo que significa ser hombre. Muchas de estas ideas los dañan muchas veces.


“Compórtate como un hombre. Sé fuerte como un hombre. Los hombres no lloran”.

Ellos de pequeños aprenden que deben verse fuertes, deben verse grandes o serán humillados y burlados. Lo aprenden de pequeños, desde los 4 años van aprendiendo sobre el código masculino de su cultura.


Leo en una investigación que es automáticamente asumido que ser hombre significa “proveer a la familia”, poder proteger físicamente a otros, estar atraído hacia las mujeres y actuar cuando ellas se sienten atraídas hacia él. Los hombres que actúen de forma diferente son tratados como menos hombres.


Existen estereotipos sobre el género masculino que incluyen, verse competitivo, ambicioso, independiente, racional, poco emocional, fuerte, hiper sexual, seguro, dominante, y preocupado por el trabajo.


En la tele nos presentan en las publicidades jóvenes altos y guapos, musculosos, carentes de alguna discapacidad, heterosexuales, y en estupenda forma física.


Pero todo esto es mentira.


Lamentablemente los hombres van formando su percepción sobre sí mismos de acuerdo a factores culturales e históricos, lo que le presenta los medios de comunicación, y su propia experiencia de aceptación y rechazo.


Si sienten que no cumplen con muchas de las normas, hacen lo imposible por encajar llevando disfraces y máscaras sociales, y así se convierten en algo que no son, pero que deseamos que sean, fuertes, confiados, y así esconden toda emoción que devele vulnerabilidad.


Antes escuchaba, “el jefe de la familia”, “la cabeza de una familia”. Sí, en nuestra cultura le vemos a los hombres como el proveedor, y así algunas mujeres se desligan convenientemente de obligaciones económicas y laborales.


Me pregunto, ¿está bien, colocar toda la presión en un miembro en la economía de hoy?, sobre todo cuando se tiene la posibilidad de también trabajar y aportar.


Y esto es importante mirarlo de cerca, porque muchas inconcientemente esperan al salvador, al rescatador, al muchacho con el gran auto y en un estupendo puesto.


En mi vida he conocido a hombres con gran sensibilidad para la música, para la cocina y para la jardinería, la poesía y la peluquería, que en su vida pasaron momentos duros porque no cumplían con el código masculino reinante.


Yo he tenido que trabajar en mi propia construcción sobre masculinidad para mejorar mi relación con los hombres, ya sea como pareja, familia, colega, o amigo.


Antes tenía ideas relacionadas con coraje, alguien sin miedo, un héroe, que recuerda su deber, responsable, duro, seguro, excesivamente trabajador, amable con las mujeres, deportista, que brindara protección y seguridad.


Nunca encontré un hombre en este paquete completo, porque tenía que ver con mi construcción mental basada en mis propias fantasias de John Wayne.


Por ello muchos hombres se ven obligados a seguir portando su máscara social, reprimen sus emociones, no lo revelan en público y pretenden que el dolor no les duele. No van al doctor ni hablan de sus problemas.


Estos son algunos de los motivos por los que ellos caen más en problemas con el alcohol y las sustancias, agresiones físicas, y hasta forman la parte alta de las estadísticas de suicidio.


Nunca es bueno colocar a nuestros hombres en cajas y estereotipos con altas expectativas y reducirlos cuando pensamos que no lo alcanzan.


Tienen demasiados "Debo" y "Debería".


Permítele a tu hijo, hermano, marido, colega, ser cómo es. No lo obligues a ser “hombre” de acuerdo a tus construcciones, o le coloques condicionamientos idealistas para que lo aceptes y lo admires.


Más bien ayúdalo a desarrollar fortaleza emocional, a permitirle sentir sus emociones, aceptarlas y movilizarlas saludablemente al expresarlas, antes que tragar estrés y llegar a explosiones súbitas.


También aprende a ayudarlo en los objetivos de familia y disminuye tus críticas.


No es fácil es el mundo de hoy ser hombre.



Sobre la Autora: Doraliz Aranda es Consejera Psicológica y Miembro Acreditado del British Association of Counselling and Psychotherapy (BACP). Trabaja de forma presencial y online desde Derby Inglaterra. Puedes adquirir sus audiolibros en Audible.com o en formato libro de Amazon.com

Conoce más visitando www.doralizaranda.com

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